31 de enero de 2012

Torero

"Yo soy toro en mi rodeo
Y toraso en rodeo ageno;
Siempre me tuve por güeno
Y si me quieren probar
Salgan otros a cantar
Y veremos quien es menos".

11 de abril de 2011

Morcillas a las coplas de La Corte de Faraón

Al ir anoche para mi casa
pasé señores el primer susto,
pues como vivo en un tercero,
el vigilante me dió un disgusto.
Sacó la llave y una cerilla
y, una vez dentro, me la encendió,
más la cerilla era tan corta
que al entresuelo no me llego....ay va!.........

Juan y Maria fueron al campo,
fueron al campo a merendar.
Se sientan siempre bajo una higuera
que muchos higos les suele dar.
Ella le dice que quiere un higo,
y el complaciente se le subió,
más al bajarse resbaló,
y todo el higo la espachurró....ay va!..............

El que me apunta, desde allá dentro,
hace un ratito que titubea,
y al preguntarle lo que le pasa
dice el muchacho que se marea,
como le sigan los mareítos
voy a tratarle con gran desdén,
porque yo quiero que el que me apunte
no se maree y apunte bien....ay va...!............

Mucho agradezco vuestros aplausos,
porque la gloria no hay quien discuta,
pero el maestro me está diciendo
que ya no puede con la batuta.
Al clarinete se le va el aire,
y sin pulmones está el flautin,
y éste me dice: ¡por Dios, nenita!,
que se me mueve hasta el cornetin....ay va...ay va....!

(Marqués Moya, Esther)

21 de junio de 2010

L'éventail

J'aime les éventails fanés
Dont le lointain passé chagrine :
Dans le tombeau de leur vitrine
Ils dorment, les abandonnés !

D'où viennent-ils ? Quelles mains blanches
Les ont balancés, autrefois,
Dans le tête-à-tête du bois
Où le soleil dorait les branches ?

Quels sont les doigts très effilés
Qui les ouvraient, dites, grand'mères ?
De quelles amours éphémères
Ont-ils vu les chers défilés ?

Combien de tendres confidences
Ont-ils entendu, -doux secrets !
Les vieux éventails sont discrets
Au souvenir des contredanses,

Où doucement, très doucement,
Avec quelque nuance exquise
Le marquis disait en ...mimant :
« Ne veux-tu pas être marquise ? »

Max Waller (1860-1889): « La Flûte à Siebel »

11 de abril de 2009

Epigrama

Al nombrar a Juan Merondes
cajero su principal
le dijo un día formal
"-Usted corre con los fondos".

Juan la advertencia siguió
perfectamente cumpliendo
pues con los fondos corriendo
presto desapareció.

El globo azul

Miraba un niño asombrado
con expresión cariñosa
un globo de azul pintado
por un hilo sujetado
a su mano cuidadosa.

El globo con lento vuelo
en el aire se mecía...
y el hermoso pequeñuelo
con infantil alegría
por verlo miraba al cielo.

A pesar de su viveza
y su alegre desaliño
cierto sello de tristeza
marchitaba la pureza
de la sonrisa del niño.

¡Ay! que cuando preguntaba
por su madre con amor
está en el cielo escuchaba
y en el cielo la buscaba
con inocente candor.

Miraba el globo tranquilo
el niño con dulce arrobo
cuando rompiéndose el hilo
remontóse al cielo el globo
cual si en él buscase asilo.

No produjo al tierno niño
pena llanto ni agonía
ver que el globo se perdía
antes bien en su semblante
se retrató la alegría.

Y se dijo por consuelo
siguiendo su raudo vuelo
Ah que de prisa se va
Mejor cuando llegue al cielo
mi madre lo cogerá.

Cavestany

5 de abril de 2009

La vuelta de Martín Fierro

408
Lo que pinta este pincel
ni el tiempo lo ha de borrar;
ninguno se ha de animar
a corregirme la plana;
no pinta quien tiene gana
sino quien sabe pintar.

1 de agosto de 2008

El escándalo de los eclesiásticos

“... Pero tú hablas de «fe debilitada»... En última instancia, la fe es un acto de voluntad, inspirado por el amor. Nuestro amor puede enfriarse y nuestra voluntad deteriorarse por el espectáculo de las deficiencias, la locura, aun los pecados de la Iglesia y sus ministros; pero no creo que alguien que haya tenido fe alguna vez, retroceda más allá de su límite por estos motivos (menos que nadie, quien tenga algún conocimiento histórico).

El «escándalo» a lo más es una ocasión de tentación, como la indecencia lo es de la lujuria (a la que no hace, sino que la despierta). Resulta convincente porque tiende a apartar los ojos de nosotros mismos y de nuestros propios defectos para encontrar un chivo expiatorio... La tentación de la «incredulidad» (que significa realmente el rechazo de Nuestro Señor y Sus Demandas) está siempre presente dentro de nosotros. Una parte nuestra anhela contar con una excusa para que salga al exterior. Cuanto más fuerte es la tentación interior, más pronta y gravemente nos «escandalizarán» los demás.

Creo que soy tan sensible como tú (o cualquier otro cristiano) a los «escándalos», tanto del clero como de los laicos. He sufrido mucho en mi vida por causa de sacerdotes estúpidos, cansados, obnubilados y aun malvados; pero ahora sé lo bastante de mí como para ser consciente de que no debo abandonar la Iglesia (que para mí significaría abandonar la alianza con Nuestro Señor) por ninguno de estos motivos: debería abandonarla porque no creo o ya no creería aun cuando nunca hubiera conocido a nadie de las órdenes que no fuera sabio y santo a la vez. Negaría el Santísimo Sacramento, es decir: llamaría a Dios un fraude en su propia cara.

Si Él fuera un fraude y los Evangelios, fraudulentos, es decir, episodios seleccionados con la mala intención de un loco megalómano (que es la única alternativa), en ese caso, por supuesto, el espectáculo exhibido por la Iglesia (en el sentido del clero) en la historia y en la actualidad, sería una simple prueba de un fraude gigantesco. Pero si no, este espectáculo es, ¡ay!, sólo lo que era de esperar: empezó antes de la primera Pascua y no afecta a la fe en absoluto, excepto en cuanto podemos y debemos estar muy apenados.

Pero deberíamos apenarnos por Nuestro Señor, identificándonos con los escandalizadores, no los santos, sin clamar que no podemos «tolerar» a Judas Iscariote, o aun al absurdo y cobarde Simón Pedro o a las tontas mujeres como la madre de Santiago, que trató de poner a sus hijos por delante.

Exige una fantástica voluntad de incredulidad suponer que Jesús nunca realmente «tuvo lugar», y más todavía suponer que nunca dijo las cosas que de Él se han registrado (tan incapaz era nadie en el mundo de aquella época de «inventarlas»): tales como «antes de que Abraham existiera Yo soy» (Juan VIII); «El que me ha visto, ha visto al Padre» (Juan IX); o la promulgación del Santísimo Sacramento en Juan VI: «El que ha comido mi carne y bebido mi sangre tiene vida eterna».

Por tanto, o bien debemos creer en Él y en lo que dijo y atenernos a las consecuencias, o rechazarlo y atenernos a las consecuencias. Me es difícil creer que nadie que haya tomado la Comunión, aun una vez, cuando menos con la intención correcta, pueda nunca volver a rechazarle sin grave culpa. (Sin embargo, sólo Él conoce cada una de las almas singulares y sus circunstancias).

La única cura para el debilitamiento de la fe es la Comunión. Aunque siempre es Él Mismo, perfecto y completo e inviolable, el Santísimo Sacramento no opera del todo y de una vez en ninguno de nosotros. Como el acto de Fe, debe ser continuo y acrecentarse por el ejercicio. La frecuencia tiene los más altos efectos. Siete veces a la semana resulta más nutritivo que siete veces con intervalos...

A mí me convence el derecho de Pedro, y mirando el mundo a nuestro alrededor no parece haber muchas dudas (si el Cristianismo es verdad) acerca de cuál sea la Verdadera Iglesia, el templo del Espíritu, agónico pero vivo, corrupto pero sagrado, autorreformado y reestablecido.
Pero para mí esa Iglesia, de la cual el Papa es la cabeza reconocida sobre la tierra, tiene como principal reclamo el que sea la que siempre ha defendido (y defiende todavía) el Santísimo Sacramento, lo ha venerado en grado sumo y lo ha puesto (como Cristo evidentemente lo quiso) en primer lugar. Lo último que encomendó a san Pedro fue «alimenta a mis ovejas»; y como Sus palabras deben siempre entenderse literalmente, supongo que se refieren en primer término al Pan de la Vida. Fue en contra de esto que se lanzó la revolución del Oeste de Europa (o Reforma) -«la blasfema fábula de la Misa»- y la oposición entre las obras y la fe, un mero falso indicio...

...Pero me enamoré del Santísimo Sacramento desde un principio...pero, ¡ay!, no he vivido a su altura. Ahora rezo por vosotros todos, sin descanso, para que el Curador (el Haelend, como el Salvador era por lo general llamado en el inglés antiguo) corrija mis defectos y ninguno de vostros deje de nunca exclamar: Benedictus qui venit in nómine Dómini!”

Es una carta de J.R.R. Tolkien a su hijo Michael, 1 de Noviembre de 1963(cfr. J.R.R.Tolkien Cartas, selección de Humphrey Carpenter; carta 250, pp. 393-96. Minotauro, Barcelona 1993).

29 de julio de 2008

Más satíricas

Al general Pavía

Tuvo un dia una idea, y todavía
asombrado, recuarda su proeza,
pues gracias al vapor de la cerveza
fue Cromwell en España todo un día.

¿Qué fin trascendental se proponía?
Él mismo no lo supo con certeza;
se jugó aquella noche la cabeza,
creyéndose, quizás, que la tenía


Doña Tecla, la de Yecla,
es tecla muy singular.
¿Para qué sirve una tecla
que no se deja tocar?
(Bretón de los Herreros)


La niña que a dos encela
no es tonta, que es atrevida.
Si se le apaga una vela,
otra le queda encendida.


Un pájaro se murió
en el patio de un convento,
y las monjitas lloraron
con el pajarito dentro.

Pregunté a un niño: -¿Café
es género masculino?
Y el niño, de buena fe,
contestó: -No, ultramarino


Cuando a las bellas amoroso miro,
sus pesares disipo y sus enojos,
y en su rubor conozco, y en sus ojos
la violenta pasión que les inspiro.

Cuando alguna sonrisa, algún suspiro
tímido exhalan de sus labios rojos,
claro me están poniendo sus sonrojos
que soy el blanco de tan dulce tiro.

No hay belleza que mire impunemente
mi semblante perfecto y talle airoso;
todas humillan su orgullosa frente

rindiéndose a mi encanto poderoso.
Pues ni en la edad pasada ni presente
ha habido un hombre como yo, de hermoso.
(Afán de Rivera)

He visto mujeres vanas,
manirrotas, miserables,
celosas, inaguantables,
pedigüeñas y holgazanas.
Soberbias, que a todas horas
arman la de Dios es Cristo;
hembras frágiles he visto,
cotillas murmuradoras,
solteras de Belcebú,
casadas con Lucifer...
¡Pero nunca a una mujer
que hable tano como tú

(Rafael Castellanos)

Sedujo Luis a Pascuala,
la esposa de un general,
y éste le metió una bala
junto a la espina dorsal,
que siempre ha salido mal
un toque de generala

(Martínez de la Rosa)

Un joven naturalista
pidió la mano de Inés.
La madre, que era muy lista,
preguntó con interés:
¿Sus padres tienen auríferos?
¿De qué familia es usted?
Y él dijo con mucha fe:
Señora, de los mamíferos
(Martínez de la Rosa)

Mas, al festivo ingenio deba sólo
el sutil epigrama su agudeza.
Un leve pensamiento, una voz, un suspiro le bastan
para lucir su gracia y su viveza.
Y cual rápida abeja, vuela, hiere,
clava el fino aguijón, y al punto muere.
(Martínez de la Rosa)

Delante de personas de copete
no te rasques la zona del paquete.

El puente tiene tres ojos,
yo tengo dos solamente,
pero si cuento el del culo,
tengo los mismos que el puente.

Los dedos de las manos,
los dedos de los pies,
la polla y los cojones,
suman veintitrés.


Señor conde, dígame:
¿De qué sirve, señor conde,
el que yo tenga por dónde
si usted no tiene con qué?
(Juan Valera)

Si en el sexto no hay perdón
ni en el noveno rebaja,
ya puede el Señor llenar el Paraíso de paja.

A los pies de un devoto franciscano
acudió un penitente. Diga, hermano:
¿Qué oficio tiene? Padre, sombrerero.
¿Y qué estado? Soltero
Y ¿cuál es su pecado dominante?
Visitar a una moza. ¿Con qué frecuencia?
Padre mío, bastante.
¿Cada mes? Mucho más ¿Cada semana?
Aún más todavía más. ¿La cotidiana?
Hago dos mil propósitos sinceros...
Pero dígame, hermano claramente.
¿Dos veces cada día? Justamente
Y ¿cuándo coño hace los sombreros?
(Samaniego)

Al cura de Villarejo
de Salvanés.
le llegan los cojones
hasta los pies.

A Serraño Súñer

Este siniestro adolescente cano
que de cuñado cínico blasona,
a un memo con fajín dio una corona
para moverla con oculta mano.

En la Guerra civil no expuso nada;
al Gobierno llegó por matrimonio,
explotó su amistad con José-Antonio,
y lo canjeó, cobarde, una embajada.

Enfermo del estómago aún delira,
pues cubrir su cedismo es vil patraña.
Todos le adulan, pero a nadie engaña,
cuando levanta el brazo con mentira,
con su camisa azul que odio le inspira
su débil brazo castrador de España.
(Foxá)

Tú, que naciste en las porteñas hampas
y del amor conoces los oficios,
oh, vieja zorra de las anchas pampas
que enamoras marqueses pontificios.

Tú, que cantas esos tangos con ojeras
repletos de memeces argentinas,
y hablando con duquesas tortilleras
confundes las Meninas con mininas.

Los prognatas toreros que complicas
por ti se tornan en babosos toros.
Vas al flamenco con señoras ricas,

y estrenas obras con cretinos coros
escritas para ti por los maricas
que sueñan con los culos de los moros.
(Foxá)

Cuando paso por tu puerta,
tu madre me llama feo.
Si me lo vuelve a llamar,
saco la picha y la meo.

Eras ente en potencia, y ya el Destino,
crismando los testículos paternos,
puso una inmensa sucesión de cuernos
en quien contigo hiciera su camino.

No sabías leer, y de continuo
a tu clítoris iban sempiternos,
todos los dedos, los primeros yernos
que dio a tu madre tu caliente sino.

Llamarte fresca pobre sonaría;
llamarte zorra, no daría tu talla
pues por puta te tienen las personas.

Y llamarte putísima sería
como llamarle cerro al Himalaya,
como llamarle arroyo al Amazonas.

(Pérez Creus)

A Manolito el pollero

Aquí donde usted me ve
soy Manolito el pollero,
el único vate que
de la pluma hace dinero.

A María Antonia Ibarra

Mujer, ¿por qué no descubres
que el verso no es tu camino?
Si apaluden tu destino
es porque tiene dos ubres
como la copa de un pino.
(Pérez Creus)

A Manuel Benítez Carrasco
Es un poeta folclórico
que no se lo salta un galgo.
Sabe manejar el tópico,
y dice Laín Entralgo
que es bastante maricónico.
(Pérez Creus)

Buero Vallejo es auto
de una comedia cimera,
"Historia de una escalera"
que le sirvió de ascensor.

A Salvador Pérez Valiente
Fue con los rojos teniente
y con los fachas alférez.
Con los primeros fue Pérez,
con los segundos, Valiente.

Cuando con los otros niños
en Belén jugabas Tú,
¿sabías ó no sabías
que eras el Niño Jesús

Al pasar junto a la charca
el niño me preguntaba:
¿Qué son las ranas?
Pues mira niños las ranas...
¿Y por qué cantan?
Pies mira niño las ranas...
¿Y por ué saltan?
Pues mira niño, las ranas...
¿Y por qué nadan?
¡Y no yuve más remedio
que tirar al niño al agua!

Si el hombre quiero imperfecto,
la perfección alcanzar,
el buen camino es el recto
¡y por él debe tomar!
(Manuel Verdugo)

A Nicolás González Ruiz
Aqí yace William Shakespeare
en otro tiempo inmortal,
Murió de una traducción

A Juan de Garay
Para fundar Santa Fe
Juan de Garay se embarcó.
Llegó, la fundó y se fue.
¡La madre que lo parió!

La madre quería casarla,
la niña quería un marqués,
el marqués quería dinero...
y están contentos los tres
del cabrón de nicolás

21 de junio de 2008

Oratio

Protector in te sperantium Deus, sine quo nihil est validum, nihil sanctum: multiplica super nos misericordiam tuam; ut, te rectore, te duce, sic transeamus per bona temporalia, ut non amittamus aeterna

28 de abril de 2008

Luisa Fernanda

(A la duquesa Carolina):

Para usté la vida es bella
mirada desde su altura;
pero ¡qué triste y qué dura
cuando hay que luchar por ella!

¿Riquezas? Las que heredó
¿Alegría? La que pide
¿Rango? Su boca lo mide
¿Amores? ¡Los que compró!

Las diversiones, logradas,
y los caprichos, colmados;
y, para los desgraciados,
unas piadosas miradas.

Venga un orden diferente.
¿Mejor ó peor? No sé;
pero donde yo... y usté
nos veamos frente a frente.

Ni más baja ni más alta:
al nivel del corazón,
que, con la misma emoción,
lo mismo palpita y salta.

Mas lo que no puede ser
es que usté tenga derecho
a las ansias que en su pecho
haya sentido nacer,

y, además, por el placer
de abrumar con su grandeza,
¡a ensombrecer de tristeza
los ojos de otra mujer!

(Acto segundo, cuadro tercero)