Al ir anoche para mi casa
pasé señores el primer susto,
pues como vivo en un tercero,
el vigilante me dió un disgusto.
Sacó la llave y una cerilla
y, una vez dentro, me la encendió,
más la cerilla era tan corta
que al entresuelo no me llego....ay va!.........
Juan y Maria fueron al campo,
fueron al campo a merendar.
Se sientan siempre bajo una higuera
que muchos higos les suele dar.
Ella le dice que quiere un higo,
y el complaciente se le subió,
más al bajarse resbaló,
y todo el higo la espachurró....ay va!..............
El que me apunta, desde allá dentro,
hace un ratito que titubea,
y al preguntarle lo que le pasa
dice el muchacho que se marea,
como le sigan los mareítos
voy a tratarle con gran desdén,
porque yo quiero que el que me apunte
no se maree y apunte bien....ay va...!............
Mucho agradezco vuestros aplausos,
porque la gloria no hay quien discuta,
pero el maestro me está diciendo
que ya no puede con la batuta.
Al clarinete se le va el aire,
y sin pulmones está el flautin,
y éste me dice: ¡por Dios, nenita!,
que se me mueve hasta el cornetin....ay va...ay va....!
(Marqués Moya, Esther)
La cigüeña cambia de nido.
Hace 15 años