Entrevista de Jesús Úbeda sobre la educación

A) ¿Tiene usted titulación superior?
A) Sí. Casi nunca en mi vida he dejado de estudiar. Cuando acabo una carrera, empiezo otra. Creo que nunca se acaba de aprender.

B) ¿Qué opina de la ley educativa actual? ¿Y de la asignatura "educación para la ciudadanía"?
B) Es nefasta por las siguientes razones:
1) El maestro se ha quedado sin autoridad. Sin orden en la clase, no se puede enseñar. Esto desmotiva a los educadores e impide que quienes quieran aprender puedan hacerlo.
2) Promueve una integración ilusoria. La enseñanza diferenciada es mucho a la larga más eficaz. Si, por ejemplo, se escolariza a un niño árabe, éste aprovechará mucho más si en los primeros años tiene una escuela especial donde aprende bien el idioma español y después se integra en una escuela común. Si a Helen Keller la hubiesen puesto en una escuela con niños sin deficiencias, nunca habría llegado a la Universidad.
3) Con el paso de curso con suspensos y las promociones automáticas, no se fomenta el esfuerzo ni el mejoramiento. Hay que distinguir entre el que nadie sea privado de educación por razones económicas (igualdad de oportunidades) del que todo el mundo tenga derecho a un título universitario (tanto si sabe como si no). El problema del "Papeles para todos" es que si los títulos académicos se dan a todo el mundo, ya no valen nada. Esto perjudica a quienes siendo económicamente más débiles sólo pueden obtener una promoción social a través del estudio y el trabajo. Éstos obtendrán un título que no vale nada y habrán perdido su tiempo. Sólo la gente con más posibles podrá mandar a su hijo a un prestigioso centro en el extranjero cuyos títulos sean más cotizados. Así sólo se perpetúa la discriminación.
4) Hay un terrible empobrecimiento del curriculum: la lógica, el latín, el griego, las matemáticas, la música... las asignaturas que son verdaderamente formativas para la inteligencia, aunque requieran esfuerzo, se van debilitando en favor de asignaturas basura..

De ello es un ejemplo claro la Educación para la Ciudadanía: pretende adoctrinar a los niños con unas opciones ideológicas determinadas. Es curioso que, a la vez que se destierra la Religión, que es de libre elección, se imponen otros criterios morales (en muchos casos claramente anticristianos) a todos los alumnos, sin permitir la objeción. Son los padres quienes tienen que transmitir los principios morales que consideren mejores para sus hijos. La escuela debe estar para ayudar a los padres, no para entorpecerles. Quieren por fuerza que a los niños les parezca natural el matrimonio entre dos hombres y, en cambio, no se preocupan de que los estudiantes lleguen a la Universidad sin faltas de ortografía ó de que un abogado sea capaz de calcular un 16% cuando tenga que redactar una minuta.

C) ¿El estudio es innato o se fomenta?
C) Hay algunas capacidades intelectuales que son innatas, pero la mayoría se desarrollan con el hábito. Pero lo más importante es que en muchos casos existen capacidades que no llegan a utilizarse por culpa de que al alumno no se le haga descubrir la satisfacción del trabajo intelectual, que no se le exija, que no disfrute, que no descubra de lo que es capaz. Además, a lo largo de los años, me he dado cuenta de que con frecuencia es la gente menos brillante la que llega a mejores resultados gracias a la tenacidad. Y a veces hasta he hecho experimentos: si no se trata de una persona con graves problemas de entendiemiento, siempre he conseguido que los alumnos entiendan cualquier materia por difícil que sea, aunque cueste algo más de tiempo. No hay que darse por vencido. Las personas tienen mucha más capacidad de la que creen ó demuestran. Sólo hay que descubrirla y trabajarla. Cuando alguien dice que una materia no le gusta puede que sea porque no se la han hecho descubrir.

D) ¿Qué educación le daría a sus hijos: pública o privada?
D) No creo en la oposición pública-privada. En los años setenta todavía la educación pública en España era excelente en muchos lugares. Los maestros lo eran por oposición y en las escuelas se aprendía. Y también nos encontrábamos con escuelas privadas donde se daban calificaciones superiores a las que se merecían. Por desgracia en la actualidad se ve una clara voluntad de destrozar la educación -no solamente en España: en Italia van cargándose la maturità, como en Francia quieren acabar con el nivel que tenía el Bac-. Creo que si tuviese que aconsejar a alguien adónde llevar a sus hijos, le diría que a una escuela privada (religiosa, no laica de "snobs" amorales ó "pijos con pasta" donde los aprueben y los lleven a esquiar), en la que suele haber un poco más de disciplina y respeto, pero que tendría que reforzar la enseñanza en casa porque ni el nivel educativo ni los valores transmitidos son siempre buenos en todas la escuelas privadas. Las que más me gustan: Legionarios de Cristo, Opus (para los chicos son muy buenas, para las chicas no tanto) y algunas monjas (pero pocas). En cambio, para la enseñanza universitaria creo que globalmente todavía es mejor la pública.