El potente camello
perdió en la esclavitud su bizarría;
el árabe, su dueño, especulando
en su docilidad, le tiraniza
y carga atroz le impone
cuando ve que le dobla la rodilla.
¡Desdichados los pueblos
que su bravura y dignidad abdican!
Cuanto más se prosternan
y al despotismo su cerviz humillan,
mayores cargas sufren,
más crueles tiranías.
Felipe Jacinto Sala
La cigüeña cambia de nido.
Hace 15 años
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