¡Oh fosa!, en tus arcanos
que las tinieblas de la muerte enlutan
voraces los gusanos
la podredumbre humana se disputan;
y los hombres, inquieta muchedumbre
que pulula espantosa,
otros gusanos son, que en otra fosa
devoran otra horrible podredumbre.
¡Festín abominable!
Los seres a los seres devorando,
con furor insaciable,
van el suplicio eterno renovando.
Así en lucha jamás interrumpida
la muerte se alimenta de la vida,
la vida se alimenta de la muerte
y, ¡oh pavoroso arcano!,
el ser humano en polvo se convierte
y el polvo se convierte en ser humano.
Federico Balart
La cigüeña cambia de nido.
Hace 15 años
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