Me engañaste,
y “¡No has sido tú el primero!”
dijeron mis amigos,
un tiempo de tus pérfidos engaños
victimas o testigos.
No sé quién fue el primero
más el último
sé que será un gusano.
Buscará el corazón de tu cadáver,
y ha de buscarlo en vano.
Eusebio Blasco y Soler — España, 1844
La cigüeña cambia de nido.
Hace 15 años
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