11 de enero de 2008

Amor constante más allá de la muerte

Cerrar podrá mis ojos la postrera

sombra que me llevare el blanco día

y podrá desatar esta alma mía

hora a su afán ansioso lisonjera;



mas no, de esotra parte en la ribera,

dejará la memoria en donde ardía:

nadar sabe mi llama l'agua fría

y perder el respeto a ley severa.



Alma a quien todo un dios prisión ha sido,

venas que humor a tanto fuego han dado,

medulas que han gloriosamente ardido



su cuerpo dejará, no su cuidado;

serán ceniza, más tendrá sentido;

polvo serán, mas polvo enamorado.



Francisco de Quevedo

1 comentario:

Anónimo dijo...

Amiable brief and this post helped me alot in my college assignement. Say thank you you as your information.